¿Como sería el mundo antes de la invención
de los motores? Rico en silencio supongo. Ahora, si me quedo en casa y es invierno escucho los motores de las máquinas para remover nieve. Si es verano están podando el césped. En primavera limpian las calles y talan los árboles viejos. En otoño aspiran las hojas secas. Si salgo, dependiendo de a donde vaya, voy a escuchar timbres de teléfonos celulares, motores vehiculares, sirenas, tractores, motosierras, aviones y mucho más. Es difícil encontrar un lugar silencioso, resulta más sencillo escoger el tipo de ruido que queremos y dependiendo del lugar en que estemos podremos seleccionar entre los ya mencionados o los de los tanques de guerra, las refinerías de petróleo, o una miríada más.
El silencio, que igual puede llevarnos a la nada que al
infinito, escasea. Ese gran amigo que nos acompañaba en momentos de reflexión se está desvaneciendo. Ahora tenemos el reto de vivir en
medio del bullicio. Hemos aprendido a reflexionar a pesar del ruido en que vivimos. Nos hemos adaptado a vivir inmersos en el caos y si por alguna razón tenemos la suerte de exponernos al silencio, en algún lugar privilegiado, casi nos duelen los oídos.
¿De cuántos minutos de silencio disfrutamos diariamente?
© 2010 Ciudadano Universal
Una reflexión tan profunda como siempre y ten llena de verdad. Creo que estar rodeados de ruidos nos ha olbigado a buscar eso que algunos filósofos llaman el silencio interior. Ser capaz de recogerse y estar en calma aun rodeado de ruidos. También nuestra mente a veces es impertinente y ruidosa con pensamientos repetitivos y cargantes, incluso dentro hay que hacer el silencio...
ResponderEliminarSaludo
Araña hiperactiva
Es cierto, Araña hiperactiva, andamos en busca de nuestro silencio interior. Gracias por tus comentarios.
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